La traducción simple es la traducción escrita per se de cualquier texto en cualquier formato, es decir, no tiene que estar acreditada, legalizada ni similares. Es el tipo de traducción más común y abarca un sinfín de especialidades: técnica, legal, comunicación, turismo, económica, etc.
Cada traductor de nuestro equipo está especializado en un sector determinado y, además, generamos bases terminológicas para cada cliente gracias a nuestra herramienta TAO.
¿Por qué nos esforzamos tanto en individualizar a cada cliente?
Porque si alimentamos tu perfil de cliente con cada traducción que nos envíes, empezaremos a generar incontables ventajas, por ejemplo:
- Todas tus traducciones mantendrán el mismo estilo de traducción, de acuerdo con las indicaciones que nos ofrezcas.
- Si tienes terminología interna que quieres que se mantenga a lo largo de todos tus textos, la incluiremos en tu perfil para que el traductor o traductora asignado la tenga siempre a la vista.
- Si pierdes alguna traducción que nos solicitaste hace años, podremos volver a exportarla sin problema.
Preguntas frecuentes
No, es un error muy común pensar que la traducción jurídica y la jurada es lo mismo, pero no es así.
La traducción jurídica es una traducción simple cuyo campo de especialidad es el legal.
La traducción jurada es una traducción que está llevada a cabo, firmada y sellada por un traductor jurado acreditado por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación de España (MAEC). En su mayoría, suelen ser documentos relacionados con el sector legal, ya que son los organismos públicos/oficiales los que suelen solicitarlas, pero se pueden hacer traducciones juradas de cualquier tipo de documento, hasta de un menú de restaurante.
Es muy común pensar que el sello de las traducciones juradas acredita la calidad de una traducción, pero no es así: este sello únicamente le da responsabilidad legal a la traducción.
Entonces, ¿cómo acreditamos la calidad de nuestro servicio? Mediante procesos de selección rigurosos de los profesionales que conforman nuestro gran equipo, pruebas de traducción, especialización por sector y unos estrictos procedimientos que nos marca la ISO 9001:2015, como la segunda revisión llevada a cabo por un revisor ajeno al traductor principal, y que nos esforzamos en mantener y cumplir diariamente.
Aunque es cierto que cada vez hay más herramientas de traducción automática en el mercado, también lo es que aún estamos muy lejos de conseguir traducciones 100 % fiables solamente a base de inteligencia artificial.
Por supuesto, no todos los textos son aptos para la traducción automática: hay que analizar muy detenidamente cada texto para ver si es viable su uso y, en caso de que lo sea, contar siempre con un traductor especializado para que lo revise y haga los cambios oportunos.