A pesar del argumento, a pesar del lenguaje utilizado, a pesar del volumen de palabras a traducir, la dificultad del traductor está en gestionar no algo neutro, nuevo y estéril, sino una acción del pensamiento de otra persona, una voluntad de comunicación transformada en palabra, un instante creativo de otra persona que él tiene que adaptar a la cultura y al idioma de destino.
A todo eso el traductor se tiene que acercar con mucho cuidado y con mucha atención a la redacción original consciente de saber plasmar sus acciones en función de un pensamiento de otra persona.
Puede tratarse de un texto técnico, o de un texto literario o un texto administrativo, de lenguaje simple o especializado, en todos casos la tarea principal del traductor es la de nunca traicionar la intención comunicativa de la persona que ha redactado el texto original y tampoco la confianza de quien ha creído en el arte y en la seriedad de su manera de trabajar.
En Dixit, agencia de traducción e interpretación, prestamos mucha atención en la elección de nuestros traductores, para que el trabajo final este hecho con pasión, profesionalidad y sea conforme y fiel al texto original.